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los dominicos en la rioja

​Decir "los dominicos" no es simplemente nombrar a los frailes que habitan en un venerable y algo vetusto edificio, probablemente, al menos en parte, el más antiguo de la ciudad. Es hablar de una familia, la Familia Dominicana, configurada por laicas y laicos, religiosas y frailes que intentan vivir el espíritu que animó a Santo Domingo a fundar la Orden de Predicadores: anunciar juntos la Buena Noticia que predicó Jesús, proclamar el Evangelio del Amor y la Misericordia del Padre.

 

La larga presencia de los dominicos en la provincia de La Rioja no nos convierte en piezas de museo, aun con un museo que recibe a los visitantes ni bien traspasan las puertas del convento. Somos una comunidad viva que crece desde la niñez alimentando el entusiasmo de la predicación. Una comunidad al servicio de la Iglesia riojana y del pueblo de esta provincia. Ya más de cuatro siglos y medio embarcados en la aventura de intentar impregnar de Evangelio la vida y la cultura riojanas.

Alimentados con el estudio y la oración, como Domingo hace ya 800 años, queremos hablar a Dios de los hombres y a los hombres de Dios, especialmente a aquéllos más necesitados de una palabra de esperanza y de una mano de hermano.

nuestra iglesia

​Nuestro templo, sencillo y sin adornos, sólidamente construído con gruesos muros de piedra, casi con seguridad el más antiguo en pie del país, ha resistido el paso de los siglos y la furia de la tierra, el único que sobrevivió prácticamente incólume el terremoto que destruyó la ciudad en 1894.

Es así símbolo vivo de la fidelidad de Dios, de la solidez de su promesa, de que ha puesto su tienda de campaña en medio de las nuestras. También es símbolo y testimonio, de una Iglesia que se construye con las piedras vivas de los segudores de Jesús, el Cristo.

Porque nuestra Iglesia es mucho más que sus muros. Son las manos de los diaguitas y de los españoles que lo construyeron. Son los pies de los misioneros dominicos que recorrieron incansables los llanos riojanos, de lo que dan testimonio los patronos de gran parte de las poblaciones de la provincia. Y son, hoy, los corazones y las manos de todos los miembros de nuestra Familia Dominicana que, juntos, queremos ser desde aquí casa abierta para todos los riojanos.

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